Soy Bárbara, mamá de dos, profe de Yoga, motera, ingeniera y tantas y tantas otras cosas, pero ¿quién soy realmente?

Recién llegada a la treintena entré en una crisis personal muy potente, la llegada de mi primera maternidad me conectó con una parte de mí que había tenido dormida hasta entonces, y ese fue el punto de partida de los profundos cambios que decidí hacer para conseguir que lo que me rodeaba estuviera en sintonía con mi verdadera yo.

El Yoga siempre estuvo presente en este camino de revolución, gracias a él aprendí que era capaz de elegir la manera en la que enfrentarme a la vida, que había otros ritmos más saludables y descubrí una parte de mí diferente con la cuál la práctica me conectaba. Todo esto me ayudó a empoderarme y a empezar a priorizar lo que me era beneficioso. 

Llegado un punto fui incapaz de ignorar que mi profesión como ingeniera no me satisfacía, era consciente de que necesitaba un cambio, pero no sabía en qué dirección, así que decidí formarme en aquello que me motivara. Comencé con el masaje tradicional tailandés, me enamoré de esta técnica en un viaje a Tailandia, descubrí que no se me daba mal del todo. Le siguió mi formación como terapeuta Ayurveda, una rama hermana del Yoga, que ha traído una profunda comprensión de la salud a mi vida. Después de años de práctica de Yoga y de diferentes estudios de profundización, decidí formarme como profesora de Hatha Yoga y más tarde de Yoga Nidra y me lancé a dejar la ingeniería y comenzar a dar clases de Yoga grupales. Poco después la Yogaterapia llegó a mi vida para mostrarme cómo hacer del Yoga una herramienta que se adapte a las personas para poder mejorar su salud, física y mental.

Me apasiona acompañar a otros en su camino hacia el bienestar, compartir los conocimientos que tras años de estudios en diferentes facetas del Yoga he visto que funcionan para mejorar tu vida y conseguir armonía y paz.